No me interesa absolutamente más nadie que mi persona. Tal vez uno o dos más, pero honestamente el mundo se volvió pura basura. La gran mayoría de todo lo que me rodea, considero que ya no vale la pena. No me preguntes el por qué de mis reacciones, no conozco el origen. El punto es que están, y no encuentro una simple solución para la paradoja. Creo que la raíz del problema está en que encuentro insuficiente toda actitud ajena. Suena un tanto egoísta, pero en lo que a mí concierne, no le debo nada a nada ni a nadie como para tener un tanto de compasión al hablar del resto del planeta. No me entienden. Me importa poco, te lo puedo asegurar. Hace más o menos dos meses, honestamente no recuerdo con exactitud el momento en que comenzó a suceder. Hormonas, cuestiones psicológicas, o como le quieras llamar, están y me pasan. Juro que trato, te lo juro. Trato de controlarlo y no siempre triunfo. Y por momentos, me llena de verguenza el pensar que le puedo hacer mal a alguien que de verdad me importa, con mis palabras. Pero hay ciertos momentos que... sólo no me interesa complacer a nadie, ni siquiera a mí misma, porque no es posible. Uno no complace a todo el mundo, definitivamente no lo hace. Perdón a quién sea. Un respiro me vendría bien, pero uno largo. (Ok, hago una acotación, no me gusta en lo absoluto la manera en que estoy escribiendo en este momento, pero no tengo en mente borrar ni una sola sílaba. Espontaneidad). Teniendo en cuenta todas estas características, le recomiendo al mundo que trate de no fastidiarme, no por ustedes, sino por mí, si, otra vez ese 'yo' egoísta, egocentrismo, o como le quieras llamar. Y si algun ser tiene las hagallas de cuestionar mis metodos de vida o mi moralidad, le aclaro que nadie vale lo suficiente como para poner en juicio que es lo bueno y qué lo malo.
"Ustedes se ríen de mí porque soy distinta, yo me río de ustedes, porque son todos iguales"

1 comentario:

inés dijo...

sabe que esto es sólo un perdíodo. te amo muchísimo, teph, gracias por absolutamente todo.